miércoles, 28 de octubre de 2015

Nacimiento de la Bio-ética




Jean Bernard-Físico Francés


Jean Bernard, el largo combate contra la leucemia- por María Valerio
Antes de dedicarse a la medicina, el hematólogo francés Jean Bernard se interesó por la poesía y por el teatro. El que fuera primer presidente del Comité francés de Ética, creado por Mitterrand en 1983, falleció el 17 de abril de 2006 en su domicilio de París a los 98 años.
 Nació en la Paris el 26 de mayo de 1907 en el seno de una familia de ingenieros. Bernard ha sido considerado uno de los pioneros de la bioética en su país y, sobre todo, uno de los grandes impulsores de la hematología en todo el mundo. Sus trabajos sobre leucemia infantil desde los años 60 han permitido que esta enfermedad sea curable hoy en día en casi el 50% de los casos.
El estallido de la I Guerra Mundial lo vivió a los siete años. Con 17 años interpretaba a Víctor Hugo junto a otros actores como el antropólogo Claude Lévi-Strauss o Pierre Dreyfus, futuro director general de la marca Renault. Y el conflicto bélico de 1945 le llevó a interrumpir su carrera de medicina para enrolarse en la Resistencia francesa. Fue encarcelado por los nazis en la prisión de Fresnes  (Francia) durante seis meses y liberado apenas unos días antes de la caída de París. Ingresó en el Instituto Pasteur de París al término de la II Guerra Mundial.
Cuentan que su elección de la hematología como especialidad fue puramente casual: se trataba del servicio más cercano a su domicilio. Allí fue a caer bajo la tutoría de Paul Chevallier, con quien fundó la primera sociedad del mundo dedicada a investigar y estudiar las enfermedades de la sangre. En pocas décadas revolucionó la hematología y con ello el pronóstico de enfermedades consideradas incurables hasta entonces.
Empeñado en descubrir el origen y la curación de las leucemias, este hombre pedagógico y afable, descubrió la eficacia de la rubidomicina y obtuvo las primeras remisiones de la enfermedad, que irían tornándose con el tiempo más estables, más prolongadas, incluso definitivas. Entre sus logros, no sólo estableció el carácter neoplásico de la leucemia, sino que describió por primera vez en 1932 la utilidad de la radioterapia a altas dosis para el tratamiento de la enfermedad de Hodgkin.
La Academia Francesa
Junto al también investigador Jean-Pierre Soulier, Bernard descubrió en 1948 un raro trastorno de las plaquetas que fue bautizado como Bernard-Soulier. Por aquel entonces era sólo un profesor asociado en la facultad de Medicina, cargo del que pasaría a ser titular de Oncología en 1956 y jefe de servicio del Hospital Saint-Louis sólo un año después.
En 1961 fue nombrado director del Centro de Investigaciones Experimentales sobre Leucemia y Enfermedades de la Sangre, en Francia, y posteriormente llegó a dirigir la Sociedad Internacional de Hematología. Era miembro de las academias galas de Ciencias y Medicina desde la década de los 70 y sucesor del dramaturgo y cineasta Marcel Pagnol en el sillón número 25 de la Academia Francesa desde 1975.
Entre los reconocimientos a su carrera destacan los doctorados honoris causa en una decena de universidades de todo el mundo (de Lieja a Lisboa pasando por Montevideo o Lovaina), el Gran Premio de la Academia Francesa de Ciencias (1971), el Jiménez Díaz otorgado en España en 1977, el japonés Katsunuma o el belga Baillet-Latour más tarde. Fue además titular de la Gran Cruz al Mérito Nacional y Comandante de las Artes y de las Letras en su país.
De sus obras de bioética y filosofía "Grandezas y tentaciones de la medicina", 1973; "El Hombre cambiado por el hombre", 1976, se dice que son una interpretación de la revolución que han experimentado las ciencias biológicas en las últimas décadas. Algo así como un anticipo del debate entre lo científicamente posible y lo moralmente aceptable al que asiste hoy en día la comunidad científica.
(el subrayado es mío) Tomado de Wikipedia.


"¿Y el alma? pregunta Brígida" - de Jean Bernard

                                   “¿Y EL ALMA? pregunta Brígida.”

¿El alma es neuronal? El pensamiento, la moral, las pasiones ¿están o no explicadas por los remarcables progresos de la ciencia del sistema nervioso?
Los dominios abordados son muy diferentes, las luces propuestas muy variadas, pero el objeto es único. Aclarar, enriquecer, fortificar la confrontación sin cesar renovada de dos grandes corrientes de búsqueda, de reflexiones que tienen por motivo el cerebro del hombre, la corriente del análisis y la corriente de la síntesis.
Esta confrontación nos enseña que la sinfonía está inconclusa. Rechaza el inmovilismo, propone el movimiento, el movimiento que permite esperar
Principales capítulos: Maestro cerebro encaramado sobre su hombre y los admirables progresos de las neuro ciencias (del sistema nervioso) . Elogio de la diversidad, de las diversidades. Bajo la corteza de un roble. El ojo derecho y el ojo izquierdo: comparación entre creación artística y creación científica. Nacimiento de la bio ética…                                           
El autor: Director del Instituto de Investigaciones sobre las leucemias y las enfermedades de la sangre desde 1957; en este instituto se obtuvieron las primeras curaciones de leucemias agudas. Juan Bernard fue elegido miembro en 1972, luego presidente, en 1983, de la Academia de Ciencias y en 1975 en la Academia Francesa. Fue nombrado en 1983 Presidente del Comité Nacional Consultivo de Ética de las Ciencias de la vida y de la salud.
EDITION BUCHET/CASTEL 18, rue de Conde, 75006 PARÍS
(Tapa y contratapa del libro, el cual se presenta acá)

                                                 EL MINISTRO Y LA ESCOLAR

Los progresos de la ciencia transforman las relaciones tradicionalmente establecidas entre el hombre y el diablo. Un ministro eminente remarcaba recientemente este cambio. Antaño el hombre vendía su alma en bloque, en una sola pieza. Actualmente, gracias a la evolución de la neurobiología, puede venderla al detalle, neurona por neurona, sinapsis por sinapsis. Luego de negociar, el precio de cada sinapsis se estipula en ....pesos. El diablo queda muy satisfecho. Cree haber hecho un buen negocio. Se equivoca. La suma que él entregará es igual a la suma que representa el total de los impuestos pagados por la totalidad de los franceses durante cuatro siglos. Lo que da una gran idea de la cantidad de sinapsis.
 Un médico parisino pasa normalmente sus vacaciones en un pueblito. El maestro del lugar pide a  sus alumnos que respondan a las preguntas que les hará, por escrito, sus alumnos, concernientes a la medicina, durante el invierno.
Las cartas llegan admirablemente caligrafiadas. La primera trata del corazón; ¿qué es un síncope? ¿La tensión arterial? ¿Es cierto que se puede cambiar el corazón?
 La segunda está dedicada al sistema nervioso. ¿Qué es la locura? ¿Qué es una parálisis? ¿Las convulsiones son mortales? Y, al pie de la página, esta pregunta: “Y el alma?”, pregunta Brígida.
 De esta manera quedan indicadas, por el apólogo del ministro y por la pregunta de la escolar, las dos grandes corrientes de investigaciones, de reflexiones que tienen como objeto el cerebro del hombre, su pensamiento, la corriente del análisis, la corriente de la síntesis, de la unidad.
La corriente analítica, durante mucho tiempo una débil redecilla, se muestra en estos últimos años, inflada por los afluentes que nutren las ciencias del sistema nervioso. Inflada en todo el sentido de la palabra. Inflada por hechos esenciales, hinchada también de orgullo y de certeza. 
  La corriente sintética, unitaria, después de haber rociado, a veces inundado, los terrenos filosóficos, ha sido recientemente reducida, ha encontrado contenciones. Fluye únicamente intermitentemente, ya sea débilmente como vigorosamente.
  Este libro tiene como objeto una comparación, una confrontación entre estas dos corrientes de búsqueda, de pensamiento. Esta comparación, esta confrontación han sido enteramente renovadas por el desarrollo de las neurociencias. Luego de milenios de ignorancia, el hombre comienza a conocer la anatomía, la química, la biología de su cerebro. Al menos una parte de la anatomía, de la química, de la biología del cerebro.
   Comparación, confrontación renovadas pero no suprimidas. Muy al contrario, han sido enriquecidas, fortificadas por numerosas nuevas informaciones.
  Debates muy vivos, a veces muy fuertes, algunos estériles, han opuesto sostenedores del análisis a los de la síntesis. Este ensayo querría ser instrumento de alianza y no de oposición. Necesariamente comenzará por un examen del progreso de las ciencias del sistema nervioso. Pero se esforzará por proponer otras luces, otras aclaraciones ofrecidos en los dominios diversos del conocimiento.
  No será, no puede ser una obra filosófica. Intentará someter algunos nuevos datos a la reflexión de los filósofos. Con una constante modestia. Y teniendo siempre presente  las sabias palabras de Paul Valéry: “Palabras como espíritu, pensamiento, razonamiento, inteligencia, son como vasos fisurados, malos instrumentos, conductores mal aislados. ¿Cómo razonar por medio de ellos? Cómo combinarlos?
Bien conscientes de estas dificultades, haremos lo mejor que podamos.
(...)
EL SUEÑO DEL FETO
 Eminentes investigadores creen haber establecido que,  en ciertas especies al menos, el feto soñaba durante su vida intra-uterina, soñaba en el seno de la matriz antes de nacer. ¿Representarán estos sueños una especie de aprendizaje del feto, de la repetición de movimientos que le serán necesarios inmediatamente después del  nacimiento ?
  En realidad, el estudio a lo largo de la vida  (la que comienza en la concepción)  del desarrollo del sistema nervioso aporta numerosas informaciones; las más importantes son las siguientes :
1)    El sistema nervioso se forma muy temprano pero no inmediatamente. Las primeras células nerviosas del embrión aparecen alrededor de tres semanas después de fecundado el óvulo por el espermatozoide. O sea que es en este momento cuando se producen  las primeras diferenciaciones en células nerviosas de las células indiferenciadas del embrión.
 2)   La evolución y el desarrollo del sistema nervioso son muy rápidos. Desde la décima a la veinteava semana, la cadencia de formación de éstas es de 250.000 por minuto.


Claude Bernard y la medicina experimental.
  
“Podemos, por acciones sobre el sistema nervioso, trastornar no solamente los actos de la vida sino también modificar los fenómenos de secreción, de calorificación: estos fenómenos aunque de orden puramente físico o químico están en dependencia estrecha con la influencia nerviosa que abarca así todos los actos de la vida y asegura el rango más elevado al sistema orgánico que está encargado de ejercerlo.”
   Tal es la apertura de la primera de las lecciones que Claudio Bernard consagra a la fisiología y a la patología del sistema nervioso. Dada el 17 de diciembre de 1856. Todo comienza por él. Ciertamente, antes de él, al comienzo del S.XIX, los trabajos de Carlos Bell, de Magendie, mostraron, en los nervios, distintos conductores para el movimiento y para el sentimiento. Pero Claudio Bernard fue el primero, que aplica al estudio del sistema nervioso los métodos de la medicina experimental.
  Secciona en el cuello un nervio simpático para juzgar, entre los efectos de este corte, los disturbios de la calorificación. Descubre la función glicogénica del hígado; busca en la pared de un ventrículo del cerebro el punto preciso en el que una inyección desencadenará una diabetes.
  Y es también Claudio Bernard el que comienza el análisis experimental del modo de acción de las sustancias tóxicas y medicamentosas. Las experiencias emprendidas, a partir de 1857, tienen por objeto encontrar los efectos del curare sobre el sistema nervioso, veneno con el cual se impregnaban desde hace mucho tiempo, las flechas de los Indios de América del Sur.
   Hace ya más de un siglo que la medicina experimental, introducida por Bernard, inspira todas las investigaciones que tienen por objeto el sistema nervioso del hombre y de los animales. El objeto es más extenso. Los trabajos de Claudio Bernard concernían sobretodo a los nervios periféricos y la base del cerebro. Enseguida fue necesario pasar (no sin dificultad) a los hemisferios cerebrales, al nuevo cerebro. Claro que las técnicas han cambiado, del curare al laser y a las moléculas de la química moderna. Pero siempre son los principios y el método propuestos por Bernard que dirigen las búsquedas: la necesidad de un análisis riguroso de los fenómenos, la constante necesidad de la verificación. Lo verdadero es lo que se puede verificar.
(...)
NACIMIENTO DE LA PSICOFARMACOLOGÍA
  La bebida perturba el seso débil y desgraciado de los héroes de Otelo. Se sabe desde hace mucho tiempo que algunos centígramos de extracto tiroideo transforman a una apasible dama en una agitada arpía. Más recientemente se ha reconocido la complejidad, la diversidad que ejercen sobre el sistema nervioso numerosas sustancias químicas. De esta manera se ha podido emprender, con métodos nuevos, el estudio del sistema nervioso.
  Dos grandes vías de investigaciones se han seguido. La preparación, la síntesis de agentes químicos activos han provisto a los médicos, neurólogos, siquiatras, medicamentos a la vez muy originales, muy activos, muy diversos. La observación de los enfermos tratados con ellos, de las enfermedades así modificadas, ha aportado preciosas informaciones. El lenguaje de la química pronto fue necesaria para describir estos efectos, estos cambios. Rápidamente estos estudios químicos no se han limitado a las modificaciones inducidas por los medicamentos.  Grandes sectores de la sicología del sistema nervioso, son los que ahora pueden ser abordados por medio de métodos químicos.
    Todo comenzó con el gran descubrimiento, debido a Bernardo Halpern, de los primeros medicamentos antialérgicos. Las primeras moléculas creadas no eran solamente antialérgicas, sino que ejercían también una acción sobre el sistema nervioso. Y, explotando la vía así abierta, se prepararon numerosas sustancias. Había nacido una nueva ciencia, la psicofarmacología, en la cual Juan Delay y sus alumnos fueron los pioneros.
 Algunos datos fueron establecidos poco a poco. Correlaciones existen entre la forma química del medicamento y la acción ejercida sobre el sistema nervioso. Las clasificaciones de estos medicamentos que, con su multiplicación, se vuelven muy rápido necesarias, están fundadas en la estructura química y en la acción obtenida.
  La acción de los medicamentos es ya sea bastante general, ya estrechamente específica, corrigiendo o alternando una función nerviosa muy precisa. Esta verdadera disección de la sicología nerviosa ha revelado funciones mal conocidas. Una explotación doblemente refinada de los datos recogidos, permitía alternativamente apreciar los efectos de una molécula ; luego a la luz de los efectos observados, proponer la preparación de una nueva molécula un poco modificada, obtener por estas modificaciones del medicamento, los cambios esperados y nuevos del sistema nervioso.
Graves enfermedades del espíritu, sicosis peligrosas para el mismo enfermo y para su entorno, son transformados por los agentes químicos. Los efectos de estos medicamentos no son todos felices. Rápidamente aparecen incidentes, accidentes. En las terapias con medicaciones para el corazón, la sangre o el hígado,  constantemente se aprecian reacciones felices o efectos desagradables y las indicaciones del remedio están fijadas en función a esta apreciación. Aquí la comparación, como se trata del cerebro el balance es más penoso.
  Estos ensayos fueron al comienzo limitados a las enfermedades graves, luego rápidamente extendidos a los desórdenes mentales moderados, a disturbios  del comportamiento. Equilibrar las ventajas y los inconvenientes se vuelve más difícil puesto que no se trata de evitar los peligros de una enfermedad grave. La siguiente etapa podría ser la aplicación de esos métodos psicoquímicos a personas sanas o casi sanas a las que por su uso se les puede modificar el carácter.
(...)
Estructura y función. De la neurobiología a las actividades del espíritu.  (...)

Así son los hechos. Ahora llegamos a las hipótesis. Changeux distingue tres etapas: el precepto (lo que se ve), la imagen (lo imaginado) y el concepto (lo concebido en cuanto prototipo de la imagen).Estas tres etapas, estas tres nociones si se quiere, formarían estados de unidades materiales de “representación” o “de imágenes mentales”. En esta hipótesis, las actividades mentales las más elevadas del hombre son las consecuencias de procesos de integración de estructuras materiales.
  “El encéfalo humano, escribe Changeux, se nos presenta como un gigantesco conjunto de decenas de millones de “telas de araña” neuronales, enmarañadas unas a las otras y en las cuales “crepitan” y se propagan miríadas de impulsos eléctricos, tomados en relevo aquí y allá por una rica paleta de señales químicas.”  Este agrupamiento es así el responsable de todas las funciones del espíritu. (...)
Importancia de la  Psicosociología:  (...)
La psicosociología, entre todas las disciplinas psiquiátricas, es un de la más remarcables. No es nueva. El término mismo de alienado testimonia su ancianidad. Pero progresa rápidamente. Benefició ampliamente de los adelantos de la antropología, de la epidemiología.  Tiene en cuenta dos antecedentes esenciales :
1)   Cada hombre es un ser único, diferente de todos los otros.
2)   Los hombres viven en sociedad y a la vez deben ayudarse mutuamente y soportarse.
    Así como actualmente se aportan importantes precisiones al estudio físico, químico del sistema nervioso, también se puede contribuir con valiosas precisiones al estudio del entorno, al del medio familiar, profesional, geográfico, en cuyo seno vive el ser humano. La confrontación de las mismas, de estos dos  tipos de elementos, será de mucha trascendencia y orientará los extensos dominios de las neurociencias.(...)
III- ELOGIO DE LA DIVERSIDAD 

 Las dos diversidades. Diversidad nerviosa.- el mono y el leopardo.

   “Esta diversidad de la que se os habla tanto, mi vecino Leopardo la tiene sobre sí, solamente yo la tengo en el espíritu..

  El mono tenía razón;" no es sobre el traje que me gusta la diversidad, es en el espíritu.”

  Éste es iracundo; aquél es dulce. Tal es jovial. Tal es sombrío

  Y todavía La Fontaine, que fue uno de los primeros, y mucho antes que los biólogos, reconoció nuestra diversidad.

  “Todo en todo es diverso. Quítese de la cabeza la idea de que exista un ser que haya sido combinado sobre el vuestro”.  

  Esta diversidad define a cada uno de nosotros a lo largo de todo el día, a lo largo de todo el año, a lo largo de toda la vida. A lo largo de toda la vida, con, vuelta a vuelta, el niño se abre al mundo exterior, aprendiendo; el adulto produciendo, creando, descubriendo, el anciano prudente, actuando en función de experiencia. Los tres a la vez diversos y únicos.

  Por un lado, estas primeras verdades conocidas por todos. Por el otro, nuestra ignorancia. Nuestra ignorancia de correspondencias existentes entre esta evidente diversidad y una eventual diversidad de la anatomía, de la química, de la física del cerebro.

   En efecto, desde hace mucho tiempo se admite que la forma, las dimensiones del cerebro tienen caracteres esenciales interviniendo en la definición de las especies.
  Por supuesto, algunos cambios del cerebro ligados a las mutaciones, a las diversidades de comportamientos, son conocidos.
  Así, a lo largo de toda la vida y desde el nacimiento, la disminución del número de neuronas.(...
 

AGOTAMIENTO DEL CAPITAL ANATÓMICO Y PROGRESO DE LAS FUNCIONES

Merece ser señalada una paradoja. Todos los órganos, todos los tejidos cesan de renovarse, desde el nacimiento hasta la muerte. Todos, menos el cerebro. Al nacimiento las células cesan de dividirse. Su número queda fijado. Durante toda la vida sólo puede disminuir. No habrá nunca renovación (reposición).

 Por eso, las funciones del cerebro, al menos durante la infancia, la adolescencia, no cesan de desarrollarse.

  Muchas explicaciones se han propuesto sobre esta paradoja. Si el número de neuronas no aumenta más, la complejidad de las vías de comunicación, de las axonas, de las dendritas, de las sinapsis, crece. Las neuronas no se dividen más. Su número queda el mismo o disminuye pero el conjunto cerebral, él, se modifica, se vuelve más complejo, más eficaz.



LOS CEREBROS DIFERENTES DE LOS GEMELOS IDÉNTICOS

Los gemelos verdaderos, salidos los dos del mismo óvulo fecundado por el mismo espermatozoide, son seres idénticos. Sus grupos sanguíneos son los mismos. También sus hígados, sus corazones.

  Pero sus cerebros pueden ser diferentes. Los estudios que se refieren a numerosas especies animales, desde la daphnie (p.82) al pez, han reconocido esta diferencia. Los datos no son tan seguros para los mamíferos y para el hombre pero altamente probables. Los genes gobiernan las grandes líneas de la organización del sistema nervioso pero permiten variaciones entra las líneas...

  (...)  De este modo, gracias a los remarcables estudios de los neurobiólogos, se  renueva el viejo debate del determinismo. Y esto para el órgano esencial: el cerebro...
(...) 
DIVERSIDAD DE LAS POBLACIONES.
  En 1915, el Premier Lord del Almirantazgo, Winston Churchill idea y organiza la expedición de los Dardanelos. El origen de los combatientes es variado. No solamente ingleses, franceses, alemanes, turcos, sino también, es el tiempo de los grandes imperios coloniales, cipayos venidos de la India, tiradores marroquíes y senegaleses. Durante esta campaña de Oriente, es cuando por primera vez, las transfusiones sanguíneas son largamente practicadas para el tratamiento de los heridos. A cada pueblo su grupo sanguíneo, se creía entonces y no se osaba practicar una transfusión de sangre de un dador cipayo a un receptor senegalés. El error se reconoció rápidamente. Los mismos grupos sanguíneos fueron encontrados en todas las unidades de combatientes.
  En los pueblos solamente varía la frecuencia respectiva de los diferentes grupos. Con los grupos A, B, AB, O, únicamente ( o casi únicos) conocidos en 1915, estas variaciones son poco significativas. El descubrimiento de otros sistemas de grupos sanguíneos más complejos y sobretodo el descubrimiento del sistema HLA iba a transformar este estudio sobre las poblaciones.(...)

 3. LA DIVERSIDAD. CONDICIÓN PARA SOBREVIVIR.
Desde Montaigne y Gide a los racistas y a los amantes de los robots.
Por un lado Montaigne y Gide.
  Montaigne : "Realmente, el hombre es un sujeto maravillosamente vano, diverso y ondulante.”
  Gide : ”¿Me persuadía que cada ser tenía un rol sobre la tierra, el suyo precisamente y que no se parecía a ningún otro? La verdad es que yo estaba embriagado por la diversidad de la vida que comenzaba a aparecerme y por mi propia diversidad.”
   Por otro lado, los racistas y los amantes de los robots.
  Los racistas: Han esperado mucho tiempo el socorro de la genética y la descripción de grandes conjuntos homogéneos e idénticos. Todos los Negros pertenecerían al grupo sanguíneo B. Todos los amarillos al grupo A.
  Decepcionados, desilusionados, por el progreso de la biología, propusieron otro método. A una primera clase pertenecen los hombres muy poco numerosos que han recibido buenos genes y que son los que deben decidir la suerte del mundo, imponer, gobernar (los autores de esta clasificación se colocan modestamente entre éstos).  (subrayado mío)
En una segunda clase, muy numerosa, se encuentra el resto de los hombres, los que han recibido genes inferiores. Están destinados a ser los esclavos de los hombres de la primera clase; esos deben obedecer y servir.
  Los amantes de los robots desean una humanidad uniforme. Los hombres, todos iguales, obedeciendo a algún Gran Hermano, cumpliendo los mismos trabajos, sufriendo todos las mismas enfermedades, recibiendo los mismos medicamentos...

 LAS DIVERSIDADES PROTECTORAS: Racistas y amantes de los robots están equivocados.  La biología moderna confirmó las observaciones de los moralistas y reconoció LA IMPORTANCIA DE LA DIVERSIDAD. (mayusc.y subray. míos)


EL ORDEN Y LA MUERTE.  LA INMORTALIDAD Y LA ANARQUÍA.
En el hombre de cuerpo sano reina el orden. Las células de nuestro cuerpo nacen, maduran, viven, se diversifican, ejercen sus funciones, mueren en el orden.  Este orden está asegurado por regulaciones nerviosas, hormonales, neuro hormonales.
  Las células cancerosas no obedecen a estas regulaciones, no maduran, no mueren, permanecen eternamente iguales. Son anárquicas, inmaduras, inmortales.
   La misma diferencia se nota en el cultivo de células. Las normales puestas en cultivo en buenas condiciones maduran, revisten formas variadas, mueren. Las células cancerosas cultivadas no maduran, no mueren. En los laboratorios viven así, inmortales o provisoriamente inmortales, células de cáncer extraídas a enfermos que el mismo cáncer ha matado muchos años antes.
   Un vínculo existe –al menos en este dominio limitado- entre inmortalidad y uniformidad.
  El cáncer estorba así la diferenciación, impide la diversidad. El tratamiento del cáncer, cuando es eficaz, restablece el curso normal de la diferenciación, de la diversidad.
(...) 

CRONOBIOLOGÍA Y LIBERTAD.
 Este espacio donde se mueve nuestra libertad es tal vez en función del tiempo. La célula única que recibe una orden la ejecuta enseguida. Pero entre el momento en que un factor externo (frío, calor, etc.) alcanza una parte de nuestro cuerpo y en el momento en que llega la respuesta dictada por nuestro sistema nervioso central, han ocurrido numerosos eventos. Han circulado informaciones, deslizándose a lo largo de los humores, o pasan de neuronas en neuronas. El aparato de trasmisión hidráulica, eléctrica, química, es extremadamente complejo con sus niveles, las relaciones suscitadas, las interrupciones, las reanudaciones. Toda esta circulación es por cierto rápida. No es inmediata. Quizá este plazo permite al cerebro hacer una elección entre las diversas respuestas posibles, permitiéndole, si la agresión es inédita, una respuesta original. La cronobiología se encuentra en pleno progreso. Puede ser que ella explicará mañana algunos mecanismos de nuestra libertad.

DETERMINISMO Y VARIACIÓN.
Estas situaciones son a la vez antiguas y nuevas.
Antiguas, casi comunes, en la medida hasta donde las responsabilidades, asociadas a lo innato y a lo adquirido en el origen de las enfermedades y de los comportamientos, son aceptadas desde hace largo tiempo.
Nuevas por los datos objetivos aportados, controlados los hechos precisos.
  Así se debilita el determinismo genético: Todo ocurre como si los genes fijaran los límites entre los cuales ciertas variaciones son posibles, variaciones del talle, de la duración de la vida, presencia o ausencia de enfermedad...

CREACIÓN ARTÍSTICA  CREACIÓN CIENTÍFICA
Sain-John Perse y Pablo Valéry.

Saint-John Perse en el discurso de Estocolmo “Realmente toda creación del espíritu es antes que nada “poética” en el sentido propio de la palabra; y en la equivalencia de las formas sensibles y espirituales, una misma función se ejerce inicialmente para el emprendimiento del sabio y para la del poeta. Del pensamiento discursivo y de la elipsis poética, ¿cuál va más lejos y desde más lejos? Y de esta noche original en la que tantean dos ciegos, uno equipado de la utilería científica, el otro asistido por las solas fulguraciones de la intuición, entonces ¿quién asciende más rápido y más cargado de breves fosforescencias?.

   Frente a la energía nuclear, la lámpara de arcilla del poeta ¿alcanzará para su propósito? Sí, si de arcilla se recuerda el hombre”.

 Pablo Valéry en sus ¡Cuadernos! “Ciencia y arte son nombres groseros en oposición grosera. En la realidad, son cosas inseparables.” (...)

RUEGO  DE  LOS  INVESTIGADORES

SEÑOR, he aquí el ruego de los que se dedican a la investigación, de los que buscan conocer los misterios de la vida, de la enfermedad y de la muerte. Muchos de ellos quedarán por siempre impenetrables. Otros TÚ nos permites que los aclaremos poco a poco.
  Allí están, inclinados en sus mesas de trabajo, vestidos con ropas blancas, en claras salas pobladas por extraños aparatos.
  Están los que son hijos de vuestro Espíritu; los que sueñan con el Premio Nobel y con las Academias; los que intentan arrancárselo al camarada; los que en su orgullo quieren triunfar sobre TÍ, también sabrán éstos un día que TÚ estabais en ellos.
  Rodeados por animales, vuestras criaturas igualmente; los conejos, los cobayos, los pollos, las lauchas negras, venidas de Inglaterra y que nos cuesta tanto mantenerlas vivas; y las ratas grises, salvajes, tan enamoradas de su libertad que mueren cuando las enjaulamos.
  Allí están los que acumulan notas y fichas; los que un día, por fin, descubren algo; los que a los 20 años encontraron un indicio, y que desde entonces vivieron alrededor de él, seguidores en una pista circular sin término; están aquellos que cada vez que creyeron encontrar la verdad, ésta se las escapaba sin dejarse atrapar.
  Allí permanecen, caminan, sueñan con estos cuerpos de niños que tienen a su cargo; con el pequeño Miguel, a quien esperaban salvar, que agradecía con tanta bondad cada vez que se lo atendía. Con Chantal, que tenía 2 años y cabellos rubios; con Gerardo y con Cristian que parecían sacados del altar de la iglesia de Saint Etienne du Mont; con Luciana, con Juan Pedro, que murieron como los otros.
  SEÑOR, tened piedad de nosotros los investigadores, dános el coraje necesario para aceptar los errores, resistir a las injusticias y a las discordias.
  Dádnos la fuerza necesaria para recomenzar cuando constatamos que nos hemos equivocado.
  Puesto que TÚ revelarás un día, estos secretos, porqué no hacernos ya entrega de este Don, iluminando como con lenguas pentecostales, al que trabaja, al que largamente ha estudiado, expoliado, vivido su misterio; que ha leído los libros y las revistas, escritos por los turcos, los zeelandeses, los argentinos.
  Está el que encontrará en sí mismo la idea nueva o que de pronto comprenderá la importancia del accidente que le mostrarás y que por TÍ, para TÍ, dará la vida a Miguel, Chantal y a los otros.
  Las causas de los descubrimientos son múltiples:
                                       LA PRIMERA ES LA GLORIA DE DIOS
                                               Dr. Jean Bernard
                                     (de la Academia de Francia- 1984)






(...)

VI – BIOLOGIA Y MORAL.  NACIMIENTO DE LA BIOÉTICA,
Riveras mediterráneas y California.
  Sobre las riveras del Mediterráneo, en las islas, con mucha frecuencia se observa una anomalía congenital de la hemoglobina, conocida con el nombre de talasoanemia (o por una enojosa contracción semántica)  talasemia. La enfermedad es benigna cuando es heredada de uno solo de los dos padres. Puede ser muy grave cuando se la hereda de los dos padres. Estos niños llevan una vida miserable durante ocho, diez, 12 años y mueren en el comienzo de la adolescencia luego de numerosas internaciones hospitalarias, de muchas transfusiones, de tratamientos puramente paliativos que agobian pesadamente el presupuesto de la salud pública de las sociedades concernidas.  De tanto peso que en dos grandes islas mediterráneas, Chipre y Cerdeña, el tratamiento de fatales talasemias no permite ningún tratamiento de las otras enfermedades de la niñez, éstas curables. Ahora bien, el diagnóstico de estas talasemias mayores, de las que serán mortales, es actualmente posible in útero desde el segundo o tercer mes del embarazo. En consecuencia, las autoridades médicas y médico administrativas de estas dos islas han recomendado la extensión del método de diagnóstico prenatal y aconseja la interrupción del embarazo en el caso que se diagnostique una forma grave de la enfermedad. 
   Recomendaciones, consejos, tanto más remarcables pues se trata de poblaciones muy religiosas, católica una, ortodoxa la otra.
   La situación es más punzante todavía. Pues un tratamiento instituido al nacimiento, el injerto de la médula ósea puede curar a estos niños. Pero el injerto de la médula cuesta 500.000 francos. Tales costos impiden bien entendido la extensión del método salvador. De este modo se entrelazan, en un trágico intercambio, de circunstancias médicas, circunstancias religiosas y morales, circunstancias económicas y financieras. Con la muerte programada de estos niños. Sin esperanza.
   Sin esperanza, hasta el presente, pero con serias esperanzas para el futuro. Los progresos del genio genético permite pensar que, durante los próximos años, antes del fin del siglo, será posible actuar sobre los genes responsables de la anomalía molecular de la hemoglobina, e impedir la aparición de la temida talasemia mayor, de conseguir una vida normal a esos niños tan largamente condenados.

   Las células cancerosas y leucémicas son inmortales. Viven en cultivos del tejido mucho tiempo después de la muerte del hombre, de la mujer que el cáncer ha matado. Largamente utilizadas por los investigadores, estos cultivos de tejidos, eran células a menudo trasmitidas de un laboratorio a otro: ciertas células cancerosas o leucémicas viviendo así  en los tubos de cultivo, pueden producir sustancias útiles en terapéutica, factores de crecimiento, interferones. Estas sustancias pueden ser comercializadas, dar origen a provechos sustanciales.
   Un proceso, actualmente en curso en California, muestra la importancia de las nuevas preguntas postuladas. Los médicos cultivan las células de una rata leucémica tomadas quirúrgicamente, ¿tienen el derecho de desarrollar los cultivos sin el acuerdo del enfermo? ¿El paciente, si está siempre vivo, o sus herederos, pueden recibir una parte (cuál?) de los beneficios eventuales ligados a esta comercialización?

REVOLUCIÓN TERAPÉUTICA Y REVOLUCIÓN BIOLÓGICA.
   Así desde las riveras mediterráneas hasta California, los progresos de la biología no cesan de plantear nuevas preguntas éticas. La moral médica después de Hipócrates durante largo tiempo se limitó al enunciado de algunos deberes simples, generalmente pero desigualmente respetados, discreción, caridad, compasión, desinterés.
   Las dos revoluciones recientes, la revolución terapéutica que comienza con las primeras sulfamidas en 1937, la revolución biológica que comienza veinte años más tarde con el código genético y la patología molecular, estas dos revoluciones han cambiado todo.
Revolución terapéutica. Esta revolución ha dado a los médicos después de milenios de impotencia, el poder de curar temidas enfermedades, la tuberculosis, la sífilis, las septicemias, las grandes enfermedades glandulares, los desórdenes de la química de los humores, más de la mitad de los cánceres.
   Nuestra inquietud es la que echa a perder todo y la mayoría de los hombres mueren por sus remedios y no por sus enfermedades.  Excesiva en el tiempo de los modestos remedios de Diafoirus, la fórmula maliciosa de Molière, no puede hoy ser enteramente eludida.  Las moléculas que curan no todas son inofensivas. Su eficacidad, su eventual nocividad deben ser comparadas atentamente a la eficiencia, a la toxicidad de otras moléculas.
   De este modo la revolución terapéutica ha suscitado los ensayos medicamentosos, moralmente necesarios, necesariamente inmorales. Al menos en el estado actual. Esta doble necesidad no satisface. Y se deben desear otros métodos, tales como los que se esfuerzan en perfeccionar los maestros de la estadística médica.
   Ciertas búsquedas terapéuticas buscan voluntarios sanos. En eso aún, hay necesidad y peligro, necesidad de probar los nuevos medicamentos en personas sanas antes de administrarla a enfermos frágiles. Peligro si reglas muy precisas no gobiernan este recurso a voluntarios sanos. En tal país, los voluntarios son designados o elegidos entre los estudiantes con malos exámenes,  entre los prisioneros a los cuales se les reducirá el cautiverio. En tal otro país los voluntarios son literalmente funcionarizados, pagados por mes, listos para ser voluntarios el día elegido para la experimentación. Tales abusos deben ser condenados.
   Los problemas morales ligados a los ensayos de nuevos medicamentos no son los únicos que plantea esta revolución de la medicina. Otras dificultades, otras tensiones están en función a los progresos de la epidemiología, de la ciencia que intenta reconocer el rol, en el origen de ciertas enfermedades, del medio físico, biológico, social. Así para los cánceres, los epidemiólogos desean mantener cuidadosos registros que demuestren el estado de cada canceroso, de estos factores ecológicos. De allí el conflicto entre la importancia real de estas búsquedas para los futuros enfermos y la gravedad de las inevitables indiscreciones para los enfermos del presente. Inevitables actualmente, quizá evitables en el futuro con los progresos en los que se confía de ciertos métodos informáticos. 
     Los trasplantes de órganos actualmente en pleno desarrollo también plantean delicados interrogantes. Como éste: Un niño de diez años, aquejado de una enfermedad sanguínea mortal. El injerto de médula ósea de su hermano de ocho años puede salvarlo. ¿Es lícito moralmente extraer de la médula de este niño de ocho años que no puede dar su consentimiento? El riesgo para él es pequeño, la de una anestesia general. No completamente sin valor.

Revolución biológica. La revolución biológica no concierne solamente a los enfermos sino también a las sociedades humanas por entero. Ha dado o dará al hombre un triple dominio, el de la reproducción, de la herencia, del sistema nervioso.
   Primero el dominio de la reproducción. Por primera vez, en la historia de la humanidad, amor y función de reproducción están disociadas. Próximas vacunas contra el embarazo, banco de esperma, fecundación in vitro con bien pronto, con ya, niños con dos madres, la una ovular, la otra uterina; los caminos de la investigación son muy variados. Las situaciones, las más recientes están en relación con los progresos de los métodos de fecundación in vitro. De allí muy numerosas preguntas que se pueden clasificar bajo dos puntos capitales. Preguntas de la primera categoría, así resumidas. ¿Qué parejas? ¿Qué objetivos? ¿Qué peligros? ¿Qué laboratorios? ¿Con qué dinero?  La segunda pregunta es única pero bien  molesta. ¿Qué hacer con los embriones congelados que quedan? ¿Guardarlos y utilizarlos para la pareja dadora? ¿Para otras parejas? ¿Para investigaciones experimentales? ¿O destruirlos? ¿Y cuando?
  Enseguida dominio genético: Poder del diagnóstico in utero de numerosas enfermedades, unas muy graves, otras menos; unas precoces, las otras que aparecen tardíamente. Poder que hay que examinar sin hipocresía. La única aplicación del método, la sola revelación a los padres de los resultados comprometen fuertemente la responsabilidad del médico. Poder de predicción, gracias, a los descubrimientos de Juan Dausset sobre el sistema HLA, con por un lado la prevención mejorada de numerosas enfermedades, por el otro, más tarde, el rechazo de ajuste  y probablemente las delaciones biológicas solapadas.
   Poder próximo para transformar el patrimonio genético de los mamíferos. Este poder ya existía para el colibacilo. Estamos pasando del colibacilo del elefante luego al hombre. ¿ Se podrá, como se lo espera ya para la talasemia, limitar las taras sin alterar la constitución genética, o habrá que temer (¿esperar?) no sé qué mundo mejor. Es difícil de discernir.
    Agreguemos que los estudios concernientes a la paternidad por largo tiempo han conducido a la exclusión. Muy seguido hoy permiten un reconocimiento positivo. Progreso singularmente importante si se piensa en el 16% de nacimientos adulterinos admitidos en Europa occidental por los demógrafos. Progreso que puede requerir la colocación de una reglamentación prudente.
    Dominio del sistema nervioso. En fin y quizá sobretodo. “Maestro cerebro sobre su hombre encaramado”.  Lo  hemos recordado, Pablo Valéry. El domino biológico del maestro puede, lo vimos, ser esperado. Entre todas las disciplinas biológicas y médicas, las neurociencias seguramente son  aquellas en las que los progresos son los más prometedores. Por un lado con la curación esperada de graves sicosis, de graves neurosis, por otro lado, con el poder dado al hombre de modificar las actividades intelectuales, afectivas, el comportamiento de su semejante.
    Sobre esta lista muy incompleta se unen las esperanzas y los miedos, las desgracias seguramente disminuidas, y puede ser de otros infortunios creados.

NACIMIENTO DE LA BIOÉTICA.

   Estas revoluciones terapéuticas y biológicas, su rapidez explosiva y los temores, todos estos acontecimientos nuevos debían rápidamente suscitar reflexiones nuevas. Primero fragmentarios, estas reflexiones poco a poco fueron ordenadas. Así es como nació una nueva disciplina. A esta disciplina nueva debería habérsela llamado moral de la biología. Pero, muy justamente, la palabra moral no está casi nada tomada en cuenta. Moral, palabra polvorienta, anticuada. Esta desvaluación contribuyó al éxito de la ética. Derivada del griego, por un rodeo anglosajón. Ética en griego tiene varios sentidos, el más común es el de ciencia de la moral. En el  lenguaje contemporáneo, las diversas significaciones circulan habitualmente.  Sobretodo ética es sinónimo de moral. La bioética es la moral de la biología. Primero limitada a algunos círculos de mujeres, de hombres especializados; luego se ha extendido mucho. Gracias en parte al interés, a menudo puro, a veces impuro, dirigido por la televisión, la radio, la prensa escrita.

Soluciones propuestas. Por largo tiempo, las soluciones han sido parciales, empíricas.

Médicos. Biólogos.   Muy naturalmente, al principio, la decisión se la dejaron a los médicos. El rol del médico permanece esencial. Afrontando una situación difícil, a menudo dramática, el médico debe asumir su responsabilidad. A condición (cosa que actualmente no siempre es el caso) de que haya recibido la formación necesaria. Pero, cuando se trata (como en el caso de los tres dominios) de problemas generales concernientes a la sociedad entera, el médico no puede ni desea resolver él solo los problemas. 
   La posición de un biólogo, más exactamente del investigador en biología, es más compleja. Sus descubrimientos pueden cambiar el destino de los hombres, pero él se encuentra bastante alejado de la humanidad sufriente. Por mucho tiempo los biólogos se repartieron en dos clases: 1) los indiferentes, los Poncio Pilatos. “Hice un descubrimiento. Las consecuencias no dependen de mí. Arréglenselas ustedes.”  2) Los desgraciados, abrumados por ciertos usos perniciosos de sus investigaciones.  3) Muy felizmente una tercera clase ha aparecido recientemente, la de los científicos conscientes de su responsabilidad y que ellos mismos se esfuerzan en sus reflexiones, en sus nuevos trabajos de limitar las consecuencia eventualmente fastidiosas de sus primeros descubrimientos. Una de las primeras manifestaciones de este nuevo espíritu, de este sentido nuevo de las responsabilidades fue la conferencia de Asimolar en los Estados Unidos. Inspirada por los miedos ligados a los primeros éxitos del genio genético, reúne los principales investigadores responsables de este progreso. Acontecimiento inaudito; se decidió una moratoria. Las investigaciones se interrumpieron en  todo el mundo durante un tiempo estipulado. Durante la moratoria, las precauciones, las protecciones necesarias pudieron ser definidas. Las búsquedas retomaron enseguida en buenas condiciones de seguridad.
(...)   Una nueva etapa se ha franqueado en Francia en 1983 con la creación de un Comité Nacional Consultor de Ética de las Ciencias de la Vida y de la Salud.
 PRINCIPIOS GENERALES.
    La actividad de los comités de ética es, ampliamente, pragmática,  en función de la cuestión propuesta, de la historia, de la geografía.  Pero a lo largo de este pragmatismo, está guiada por algunos principios fundamentales.
    Primero el respeto de la persona humana, única, irreemplazable. Enseguida el respeto de la ciencia, del conocimiento científico. No hay que, en ningún caso, aceptar la vuelta a la edad de oro o a la bella época, tiempos desgraciados de las madres, en los que la difteria o la tuberculosis mataban a sus niños.
    En tercer lugar, la necesidad para los científicos de intentar ellos mismos de limitar ciertas consecuencias enojosas de descubrimientos felices por otro lado.
Es  además rehusar el lucro, rechazar de aceptar la venta, la compra de tejidos humanos. Finalmente es la importancia de estrechos intercambios entre los comités de ética por un lado, y las poblaciones de los países concernidos por la otra.
Estos intercambios pueden ser diversos. Como también la formación correcta, muy a menudo descuidada por los estudiantes de medicina, biología, de derecho. Y sobretodo un riguroso esfuerzo de formación de los adolescentes en los liceos, en los colegios. Si estos intercambios, estos esfuerzos de información, de formación, se desarrollaran, los ciudadanos adultos podrían tomar decisiones útiles, con conocimiento de causa.  El rol de los comités de ética podría entonces ser progresivamente reducido.
BIOÉTICA Y FILOSOFÍA.
    Por lo tanto, la bioética debe en primer lugar resolver o tentar de resolver las cuestiones nuevas que el progreso presenta en biología y en medicina. Debe esforzarse en obtener un buen uso de estos progresos. Pero su dominio es mucho más extenso. No cesa de ampliarse mientras que se vuelven más penetrantes las reflexiones engendradas por las nuevas situaciones. Los interrogantes trasmitidos a los moralistas de la biología a menudo tienen una apariencia técnica.  Pero, bajo el aspecto técnico, se encuentran realmente las preguntas fundamentales que se plantean. La vida, la muerte, el derecho de dar la vida, el derecho de dar la muerte, la relación del hombre con la sociedad, la relación del hombre con su cuerpo, los intercambios entre el cerebro y el cuerpo, el nacimiento de la persona. Esta lista, aunque muy incompleta, es tan conmovedora como esencial. Durante largo tiempo filósofos por un lado, biólogos y médicos por el otro, han avanzado, han trabajdo en campos separados.
   Los filósofos franceses, sobretodo a continuación de los trabajos de Bachelard, han consagrado trabajos muy originales, de las relaciones existentes entre historia y filosofía por un lado, ciencias biológicas y médicas por otro.
“Lo Normal y lo Patológico” de Jorge Canguilhem, “El nacimiento de la Clínica” de Miguel Foucault, los estudios más recientes de Francisco Dagognet, por no citar más que estas obras, desde hace cuarenta años, han jalonado las principales etapas de esta investigación. Una búsqueda muy importante pero que quizá no siempre ha tomado asaz en cuenta el objeto mayor de la medicina, a saber la prevención y el tratamiento de las enfermedades, una investigación que, frecuentemente nutrida por el pasado de la medicina, descuidó a veces la prodigiosa revolución médica de los cincuenta últimos años. Al mismo tiempo, los médicos, los biólogos, maravillados por sus nuevos poderes se consagran a dominios cada vez más profundos pero también de más en más estrechos, a veces han dejado de considerar la persona humana como un todo. (Subrayado mío).
   La biotécnica representa en cierta forma un eje común alrededor del cual podrían trabajar conjuntamente filósofos, biólogos y médicos. Las preguntas fundamentales permanecen. ¿Qué es el hombre? ¿Qué hace sobre la tierra? ¿Cuál es su destino? ¿Y el alma?, como preguntaba la pequeña Brígida. Pero, así como lo hemos dicho, los progresos de la biología renuevan la forma, cómo encarar las preguntas fundamentales, aportando informaciones inéditas, muy diferentes de las utilizadas en el pasado. Estos datos tan importantes proporcionan motivos para la reflexión de los filósofos. Temas que deben aliarse a los resultados de los estudios filosóficos más tradicionales, por el análisis de los sistemas del pensamiento.
UNIDAD Y DISCORDANCIAS.
  Hacia el final de la primera parte de los “Monederos Falsos[1] el viejo maestro escolar La Pérouse y Eduardo intercambian palabras melancólicas. Y La Perouse concluye: “Un acuerdo perfecto, constante, si, es eso, un acuerdo perfecto continuo… Pero nuestro universo está siendo víctima de la discordancia”
   La sociedades humanas son unas veces unitarias, otras moderadamente discordantes, tan pronto gravemente discordantes.
   (...)
    Tal es el caso de las sociedades fuertemente discordantes. Nuestra sociedad, en este fin del siglo XX, es una sociedad fuertemente discordante.

El tiempo de las disonancias.
  (...) Por un lado el prodigioso progreso de la ciencia y de la técnica. Por el otro, la ausencia de progreso, de la filosofía, de la moral, de la sabiduría.

Los prodigiosos progresos de la ciencia y de la técnica.
    El hombre ha comprendido la mecánica de las ondas y de las moléculas. Definió las radiaciones que lo rodean. Fabricó radiaciones artificiales. Estas permiten el diagnóstico y el tratamiento de graves enfermedades y dan la vida. Pueden también, accidentalmente o por acción deliberada, dar la muerte, matar millares de seres humanos. Todo hombre, pulsando un botón, admira imágenes muy bellas, escucha emocionantes músicas. Un hombre apretando un botón, puede matar un millón de hombres. Numerosas máquinas maravillosas exploran hoy día el cielo que nos rodea; explorarán mañana los planetas, nuestros vecinos; pasado mañana quizá galaxias y cometas. Habilísimos robots reemplazan a los obreros, evitan la fatiga, los errores pero arrojan a esos obreros al desempleo.
   Tales son algunas de las realizaciones de la física, de astro física, de la química, de la mecánica, ciencias que dependen todas estrechamente de las matemáticas. Estas ciencias, que han iluminado la primera mitad de este siglo, continúan su progreso pero más lentamente. Desde hace treinta años, la biología ha tomado el relevo, conoce a su turno admirable éxito. Cambia a su vez el destino del hombre. Primero cambia el destino del hombre enfermo con, durante los treinta años que siguen al descubrimiento de las sulfamidas en 1937, la tuberculosis, la sífilis, las grandes septicemias vencidas, enfermedades de las glándulas reprimidas; los cirujanos abren los corazones, los pulmones, los cerebros. De este progreso, de sus consecuencias directas o indirectas (higiene, etc.) testimonian por otro lado dos sucesos ligados : 1º) La prolongación de la duración de la vida humana (18 años en la prehistoria, 28 años en París en 1820, 70 o 79 según el sexo en 1987),  2º) La gran disminución de la mortalidad infantil. Los niños del pasado morían casi todos. Los de nuestro tiempo viven casi todos.
    La ciencia está ante el peligro de cambiar no solamente el destino de los hombres enfermos sino de todos los hombres. Por mucho tiempo empírica, se ha vuelto rigurosa. La patología se transformó en molecular, los médicos hablan, razonan con el lenguaje de la bioquímica la más fundamental. Se descubrió el código genético. De este modo el hombre adquiere, o está adquiriendo, tres dominios evocados anteriormente, recordamos: 1) el dominio de la procreación; 2) el dominio de la herencia; 3) el dominio del sistema nervioso.
   Toda tentativa de clasificar a los grandes científicos es irrisoria. ¿Pasteur es o no superior a Hipócrates? ¿Einstein es o no superior a Arquímides?. Basta con enunciar estas preguntas para medir el absurdo. La comparación establecida entre la actividad científica y la técnica de nuestro tiempo y la actividad científica y técnica de los siglos transcurridos es altamente significativa. Jamás en el pasado de la humanidad se ha producido tal explosión de progreso, una extensión tal de conocimientos y de sus consecuencias, una tan grande aceleración de la historia de las ciencias y de las técnicas. Y he aquí que más allá de esta abundancia tan nueva, primero se esbozan y luego se dibujan más netamente tres períodos (superpuestos parcialmente, pero distintos), el período empírico, el racional y el ético.
    Durante mucho tiempo, en efecto, se han percibido únicamente las consecuencias felices de estos progresos. Más tarde aparecen los resultados eventualmente funestos de los mismos progresos: el genio genético puede  forzar a honestos colibacilos a transportar un virus del cáncer; con los avances  de la informática, de la electromecánica, decenas de millares de hombres quedan sin empleos. Un dictador introduciendo discretamente tal modificador del sistema nervioso en la alimentación puede transformar su pueblo, según las necesidades de su política, en sesenta millones de tigres, o sesenta millones de ovejas. La fisión del átomo puede ser responsable de la muerte de millones de seres humanos.
    Es pues muy importante, al mismo tiempo que se aceleran las aplicaciones benéficas de los descubrimientos, limitar o evitar sus consecuencias peligrosas.

La sabiduría no progresa.
 (...)     Aquí interviene la sabiduría. Tendría que intervenir la sabiduría.
   Pero la sabiduría, ella, no progresa. La sabiduría de los hombres puede ser enseñada en los libros religiosos, aconsejada por los filósofos, deducida por la experiencia. En la mejor hipótesis, está actualmente cruelmente estancada.
Consecuencias graves de las discordancias.
   Ahora bien los especialistas de la evolución enseñan que las discordancias graves son mortales para las especies animales concernidas. Los grandes reptiles de la era secundaria (Diplodoccus, Isthyosauros), tenían un cuerpo enorme y un cerebro muy pequeño. Han desaparecido. Claro que hay varias explicaciones de esta desaparición. El desacuerdo entre las dimensiones del cuerpo y las dimensiones del cerebro, ha verdaderamente jugado un rol importante, sea la que fuere la explicación aceptada.
(...)
Una antropología optimista.
      Volvamos al hombre. La inquietud suscitada por el desacuerdo entre los progresos de la ciencia y la ausencia de progreso de la sabiduría, es considerada por ciertos antropólogos como excesiva. Uno de los más eminentes entre ellos ha hecho declaraciones tranquilizantes. “No estéis muy emocionados. Una mutación se producirá y la sabiduría progresará como las ciencias han progresado.” “¿Cuándo se producirá esta mutación”? “Dentro de cuarenta a cincuenta mil años”, respondió el optimista antropólogo

del diálogo entre un filósofo y un biólogo
  (...)El filósofo.Emotiva presunción. Podía justificarse a principios de este siglo, en el tiempo del cientifisismo triunfante. Del tiempo del cientifisismo triunfante, hemos llegado al tiempo de las consecuencias absurdas del progreso de la ciencia. Absurdo inocente como el del heroico Armstrong llegando a la luna (y cuántas miserias se podrían haber aliviado con el dinero gastado): Absurdo peligroso; los descubrimientos de los físicos conducen desde 1945 a Hiroshima y quizá más tarde a la destrucción de la humanidad, Absurdo incierto pero bien inquietante, el de estas jóvenes mujeres que venden, en el momento de concebirlo a su hijo, el hijo de su óvulo, de su útero; el de estos sabios que para curar o prevenir eventuales enfermedades, están dispuestos a cambiar , unos, el patrimonio genético; los otros el cerebro; unos y otros la persona humana.
    Hace un rato alababas los hechos y su valor. Son hechos que te aporto. El absurdo es lo propio del hombre, lo propio del hombre de nuestro tiempo. La razón es sólo un método.
                                                                         0000


  El Profesor Jean Bernard, murió en París, el 17 de abril 2006, a la edad de 98 años, en su domicilio. Su funeral tuvo lugar en la intimidad familiar. Miembro de la Academia Francesa, el profesor Bernard también participó en la Resistencia francesa.
 Internacionalmente reconocido especialista en hematología y oncología, Elegido en la Academia de Ciencias en 1972; en la Academia de Medicina en 1973 y en la Academia Francesa en 1975. Jean Bernard unía a sus cualidades de investigador las de un filósofo y un poeta. Es gracias a sus trabajos que afirmaría: "Cuanto más avanzo, más me convenzo, encuentro, que la enfermedad y la muerte de un niño es algo escandaloso”. A  partir de los años 60, se logró curar uno de cada dos niños enfermos con leucemia.
Nació el  26 de mayo 1907, en París. Alumno del Liceo Louis-le-Grand y luego de  la Facultad de Medicina. Recibido de médico entró al Hospital San Luis al segundo día de la declaración de la Segunda Guerra Mundial, durante  la cual dirigió una red de la resistencia en el sureste de Francia..
 Profesor Agregado de Medicina (1949), se le confió en 1954 la dirección del Centro de  Investigaciones experimentales sobre la leucemia y las enfermedades de la sangre. Nombrado profesor de oncología médica y social (1956) y enfermedades de la sangre clínica (1965) en la Facultad de Medicina de París; presidió desde 1967-1980 el Instituto Nacional de Salud y de Investigación Médica (INSERM) en el cual permaneció como alto consejero del director general. Miembro de la Junta Directiva del Instituto Pasteur (1967-1970), fue sucesivamente  miembro (1972-1980), vicepresidente (1980-1982) y presidente (1982-1984) de la Academia de Ciencias. En 1980, dejó la dirección del servicio de hematología y oncología en el hospital San Luis.
La sabiduría ante la ciencia
Hombre de cultura y humanista a la manera de un sabio del Renacimiento, el profesor Jean Bernard se preocupó siempre por "la falta de progreso de la sabiduría para hacer frente a los enormes avances de la ciencia y la tecnología." Una pregunta más actual que nunca debida al desarrollo de los trasplantes de órganos y la ingeniería genética.
 Gran Cruz de la Legión de Honor, Cruz de Guerra 39-45, Comandante de las Artes y las Letras, es autor de numerosos libros, entre ellos El hombre cambiado por el hombre; De la biología a la ética;  Esperanzas y  sabiduría de la medicina, "La sangre es la vida"; ¿Y el alma?-preguntó Brígida"
"El honor de la medicina y sus dificultades en esta alianza son el deber de la ciencia y el deber humanitario", explicó el profesor Bernard en el sitio web del FRM. "La medicina del siglo XXI será una medicina de  prevención, de predicción, escribió aún. Ella logrará, con la suficiente frecuencia, evitar la aparición de enfermedades, a restaurar el orden en el cuerpo, para corregir las células malignas en lugar de destruirlas. Al mismo tiempo reconocerá el carácter único de cada ser humano y se esforzará en ser universal ".
Jacques Chirac rindió homenaje al  profesor Bernard. En una carta dirigida a sus hijos, hecha pública por el Palacio del Elíseo, el Jefe de Estado escribió: "Nuestro país ha perdido a un gran médico y un espíritu pionero", haciendo hincapié en que la investigación médica "le debe mucho a este médico excepcional" El Profesor Jean Dausset, Premio Nobel de Medicina, por su parte, expresó su "tristeza" ante la noticia de esta desaparición. "Fue realmente un maestro que ha seguido y guiado toda mi carrera.  Le estoy extremadamente agradecido”  dijo.
Opiniones.
-Luce: Una de mis primeras prácticas se desarrolló con en este gran maestro ... él me enseñó la humildad, la sed de conocimientos y me enseñó el verdadero significado de la palabra médico ... .le debo mi compromiso en pediatría ..... jamás olvidaré sus descubrimientos y su sentido de la humanidad ... y su dulzura y firmeza en su enseñanza .... gracias Sr. Jean Bernard
• Juan: Un gran erudito de gran sabiduría; lejos de todos estos investigadores ansiosos de obtener una patente(de inventor), de  reconocimiento de los medios de comunicación, de jactancia intelectual ...
• Thierry: En estos momentos en que se nos da la lata con las “rélités” en  TV y otros co ..del show biz ,,;, estos son los verdaderos héroes, de los que nunca se habla, los grandes hombres y que para mejor fue resistente...  Paz a su alma y que los franceses mediten sobre tales pérdidas. Condolencias a su familia y parientes.
• Vastre: Un gran hombre ha desaparecido:  honor a él y sinceras condolencias a su familia. Bernard no sólo fue un destacado experto en medicina, sino también un humanista.
• El esquimal: He aquí  alguien digno de entrar directamente al PANTEÓN. Se merece un premio Nobel a título póstumo por el alcance y extensión de sus trabajos tanto científicos y como filosóficos. Además habría que recordar su actuación como Resistente.  ADIÓS SEÑOR , que fuisteis uno de mis maestros inteligentes.
                                                                   ººººººººººººººº
CONCLUSIÓN  -  Retomo puntos importantes.                                                                       
Los amantes de los robots desean una humanidad uniforme. Los hombres, todos iguales, obedeciendo a algún Gran Hermano, cumpliendo los mismos trabajos, sufriendo todos las mismas enfermedades, recibiendo los mismos medicamentos...

 LAS DIVERSIDADES PROTECTORAS: Racistas y amantes de los robots están equivocados.  La biología moderna confirmó las observaciones de los moralistas y reconoció LA IMPORTANCIA DE LA DIVERSIDAD. (mayusc.y subray. míos)
Resalto estas sentencias. Su profundo conocimiento del género humano, de la ciencia y el arte, lo convirtió en un vidente del futuro. La humanidad uniformada, hombres y mujeres trasformados por las cirugías, igualados; soportando las mismas enfermedades,diabetes; alergias; osteoporosis; ESTRÉS medicamentados con antibióticos, cortisona, comprimidos de bellos colores pero de consecuencias inciertas; todos vestidos igual, de negro, azul oscuro, con la mochila a la espalda, desgarbados, con aspecto abandonado. Robotizados. Ya está cerca el Gran Hermano.

Es  además rehusar el lucro, rechazar de aceptar la venta, la compra de tejidos humanos. 
El lucro sin límites, ya no es solamente tejidos, órganos: fetos trozados en el vientre de la madre, (ésto pienso que no llegó a imaginarlo).

Un dictador introduciendo discretamente tal modificador del sistema nervioso en la alimentación puede transformar a su pueblo, según las necesidades de su política, en sesenta millones de tigres, o sesenta millones de ovejas. (¿NO RECUERDA A MILLONES DE MASA ARGENTINA?)
La fisión del átomo puede ser responsable de la muerte de millones de seres humanos.
Este mensaje no ha llegado al conocimiento de la gente: es lo que ha convertido a los pueblos en masa informe, sin pensamiento propio ni personalidad. Los modificadores: armas para el lavado de cerebro: la Coca Cola, bebida con la que se da los primeros pasos para caer en la droga, el fútbol, el sexo, el cigarrillo, el libertinaje. En vez de millones de tigres, millones de ovejas.

Absurdo peligroso; los descubrimientos de los físicos conducen desde 1945 a Hiroshima y quizá más tarde a la destrucción de la humanidad.
Ya está pronosticado que con el manejo climático vamos la destrucción de la Tierra.

Presentación del libro tratado "¿Y el alma?-pregunta Brígida". extrayendo algunas partes del mismo, como para ponerlo en conocimiento de los que no tienen tiempo para leer.
Traducido del francés por Delia Cabrera.
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